con una de las yeguas agarrada de una madeja negra, brillante, que la perla llevaba tras de sí, comenzó su tiraje desaforado, calcado en negro, terrible. el primero en caer sería el rey. el rey y su reflujo, su celibato, su denso mantenimiento, su opacidad. los coros no cesan, no paran su canción. la perla se relame los dientes, aguda, punzante. tendrá que caer. las quemadas se retuercen en la ira helada que las vio morir. la suelta no para de llorar desde que vio partir a esta otra. y la perla recorre la ciudad en su búsqueda. el rey duerme con los ojos abiertos. se incorpora. se queda quieto en su noche, pensando en las aristas, en los filos de la joya que viene por él. y la perla es una pura forma atosigada de preguntas, de detalles de su parir, del recuerdo de cómo la miraba la suelta cuando se puso en sus dos piernas y salió de la casa, sin avisos, sin decir nada a nadie.
miércoles, 27 de febrero de 2008
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10 comentarios:
este texto me intriga más que los otros.
asi que un beso no más
Oye... Mandé la crítica del taller a una revista. Cuando termines, mándamelo a ver si hago un artículo.
Hace tiempo que no visitaba tu blog. Me agrada que vuelvas a escribir.
Saludos Pi.
Paula querida =)
ke placer leer esa madeja negra, esos cuerpos, me acuerdo de las tardes del sr neruda.
Ya le conte a los chikillos de la cita que tendremos, asi tb nos sirve como excusa para volver a vernos.
Lei la entrevista en tu otro blog, siempre kize leer tus respuestas, que aterrador era ese cuestionario, que lindo eso del empezar a escribir llenandose de diarios de vida, es verdad que cuando uno era pekeño solo sabia escribir, y ahora uno quiere jugar como niño y ya no funciona.
besos
diego .-
Ya po Paula.
un beso que estés reeeeegio.
Pablo.
nunca me habían escrito tantos comments!
me dieron ganas de escribir más, pero la suelta anda medio ocupadita.
cariñis a todos
p.
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