lunes, 31 de marzo de 2008

asfixia


y amurrada pensaba en cómo lo haría. y se le venía todo al cuerpo, a la voz, a las venas lustrosas que le habían aparecido por las piernas, por el torso, por su cuello. sobre todo a la boca, esa misma que le habían mordido, la misma que había negado, escondido a los otros. pensó en el rey. pensó, esto no es vida. esto no es vida, se repetía la perla, maldita, ennegrecida, con las nervias como tenazas, con las yeguas histéricas por ahí. se le volvía irregular el pescuezo. y la suelta la seguía de lejos, la seguía y disfrutaba, de éste, su nuevo momento para tantear, gatear, para ver qué pasaba, por dónde se iría ahora.

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