hipotéticamente el rey ya estaba puesto. en el orden de las cosas, los acontecimientos, la singularidad de su destajo. a fin de cuentas todo era él. toda la noche era de él, todas las noches, las rajadas, los estilos, el desprecio. lo que se ponía y lo que se sacaba, lo que se le iba, dónde la metía, hacia dónde apuntaba. cómo chorreaba, con quién acababa. así era él. así y el espacio. y la música. el sobajeo. el rumor. la oscuridad. el rey. y no le importaba tanto la complejidad de esa belleza, decía la perla haciendo como que no.
sábado, 25 de agosto de 2007
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