
regando las plantas de la terraza, que ahora se queman con el frío de los últimos días del otoño. vendrá el invierno, pronto. y ellas, las quemadas, recuerdan ese día de sol en que la suelta dijo: son como nuestro amor; han vuelto a nacer. pero era una pura lata. y él lo sabía y calló, con el falo encogido, como siempre.
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